Agente causal
Meloidogyne incognita, M. javanica, M. arenaria.
Se han reportado por lo menos cuatro razas.
Distribución
En todo el mundo.
Síntomas
Los primeros síntomas superficiales se presentan como atrofia, marchitamiento y una apariencia descolorida en general de las plantas afectadas. Las partes inferiores de las hojas desarrollan una decoloración morada, lo cual se asemeja a los síntomas causados por la falta de fosfato. Cuando las plantas afectadas se extraen del suelo, fácilmente se pueden observar abultamientos irregulares en las raíces, llamadas agallas o nudos. Estas agallas tienden a ser más grandes y compuestas que aquellas ocasionadas por Meloidogyne hapla, el cual produce agallas más pequeñas y discretas, con raíces laterales en desarrollo adyacentes a ellas.
Condiciones para el desarrollo de la enfermedad
Estos nematodos tienen un rango de hospederos muy amplio que incluye muchos cultivos agrícolas, así como hierbas en las que pueden crecer y sobrevivir. La enfermedad es más severa en áreas con temporadas de cultivo prolongadas e inviernos moderados. Aunque estos nematodos pueden causar enfermedad en muchos tipos de suelo, el daño de las raíces es más severo en suelos más ligeros y arenosos. Las temperaturas de suelo más cálidas (27 °C) favorecen el desarrollo de la enfermedad. Meloidogyne incognita es por mucho la especie más común de las tres especies que causan esta enfermedad.
Control
El uso de variedades resistentes es generalmente la manera más efectiva para controlar esta enfermedad. Estas variedades deben usarse en combinación con prácticas culturales que reducen las poblaciones de nematodos, ya que el uso continuo de variedades resistentes por sí solo puede ocasionar que la resistencia desaparezca. Además, la pasteurización y fumigación del suelo, así como el uso de trasplantes no infectados pueden ayudar a reducir las pérdidas causadas por este nematodo.